Pensamiento local, acción global
|En la que fue la primera de las conferencias del ciclo “Argentina frente al mundo” organizada por Clarín y el HSBC, se debatió sobre la oportunidad del país como supermercado global y las dificultades por lo que se ha dado en llamar el costo argentino. La jornada, a la que asistieron los principales empresarios y referentes de la agroindustria, de un sector que aporta u$s 40.000 M a las exportaciones del país, según subrayó el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, tuvo interesantes contenidos, de pensamiento local y acción global se publicará en forma completa el próximo domingo en el suplemento Económico y en Clarin.com.
Con la apertura de Héctor Huergo, director de Clarín Rural que hizo una muestra práctica sobre la potencialidad de la proteína y la energía renovable como oportunidades clara que el país tiene acceso para brindar al mundo, subrayó que: “Hasta hace muy pocos años nos encontrábamos con un paradigma angustiante, lo que producíamos no tenía mercado. Al despuntar el siglo XXI empieza a haber más compradores que vendedores y entonces los precios empiezan a subir y haber una apreciación de los precios agrícolas y de todo lo que tiene que ver con alimentos”.
El ministro de Agroindustria enumeró datos, por su parte y respecto de un sector que aporta 18 % del PBI, el 32 % del empleo, y “da vida a todo el interior del país. Son casi 300.000 establecimientos agropecuarios, 17.000 industriales y 80 % de ellos son PYMES. El mundo lo que necesita es previsibilidad. Nuestro lugar es el comercio agroindustrial. Dimos previsibilidad”. No obstante, el ministro reconoció el desafío de “la alta presión impositiva, el tipo de cambio efectivo y una burocracia importante”. A su vez, reconoció, para los productores, que “Argentina ha hecho tecnología de punta. Somos el país que más superficie tiene para desarrollar la agricultura y el primero en la región con reserva de agua y potencialidad de crecimiento”.
El empresario agropecuario, Ignacio Lartirigoyen, con negocios que arrancan en la originación de la materia prima y terminan con el producto en la góndola, se explayó sobre el costo argentino y la dificultad que representa desarrollarse ante ese contexto, con 900 empleados. “Hay mucha burocracia. Me siento acompañado por el Gobierno, pero a nivel laboral, nuestro costo comparado con Brasil es 50 % superior. El Gobierno debe ponernos en las mismas condiciones que otros países para poder competir. Hace falta una simplificación impositiva, sabemos que no podemos pedir una baja de impuestos, pero podemos pedir que se amplíe la base tributaria”. Esto, al comparar que la informalidad paga mejor que trabajar dentro de lo que establece la ley. Resignado, indicó: “Hay voracidad de las provincias y los municipios, con tasas disímiles y anárquicas”.
A su turno, que siguió con gestualidad atenta y reflexiva la exposición de Lartirigoyen, el ministro de Economía bonaerense, Hernán Lacunza, trazó un cuadro de situación. “Se crearon 220 mil puestos de trabajo, la inflación bajó a la mitad y el salario real subió 6 % respecto del 2016, pero sobre estimamos nuestra capacidad de regenerar rápido el capital productivo y eso está atado a que subestimamos la destrucción institucional. El desafío es más difícil de lo que se pensaba. No hay país que pueda crecer sin instituciones sólidas y en la Argentina estaban devastadas”.
Resta saber si, a éste pensamiento local la formulación de inquietudes por parte de Lartirigoyen son una expresión de buenos deseos, que fundamentó en el diálogo que encuentra con los funcionarios o una impresión cierta de que los mayores desafíos que depara la actividad van a encontrar el necesario contexto para capturar valor, mercado e innovación en línea con la apertura de Héctor Huergo.